Todo el mundo anhela ser feliz, conseguirlo no depende de factores externos, sino de nosotros mismos, de nuestras actitudes ante la vida. La felicidad es un criterio subjetivo, lo que a unos les hacer sentirse felices a otros puede que no le reporte absolutamente nada; dependerá de los deseos de cada uno.
¿Qué es la felicidad?
La felicidad es un estado de ánimo; una predisposición a sacar lo positivo de cada experiencia en la vida y saber disfrutar de todo cuanto nos acontece.
Las personas felices se sienten satisfechas con su vida, valoran todo lo que tienen y logran alcanzar un equilibrio personal en todos los ámbitos.
También podemos decir que es una cuestión de carácter. Hay personas que por naturaleza son más alegres que otras, viven la vida intensamente, disfrutan de todo lo que les rodea y contagian a los demás.
Aunque esta capacidad es innata, también se puede aprender y desarrollar.
Por ello es aconsejable que los padres enseñen a sus hijos a ilusionarse por las cosas y a vivir el día a día valorando las pequeñas cosas de la vida.
¿Existe la felicidad?
Todo el mundo ansía la felicidad, pero no todos la consiguen. Encontrarla depende de cada uno, de la actitud que tengamos ante la vida y de lo conscientes que seamos de nuestra propia realidad.
Hay una serie de elementos que la mayoría de las personas desean alcanzar porque consideran que lograrán mayor felicidad con ellos como: el dinero, el éxito profesional, un buen estatus social, reconocimiento, fama, poder, bienestar, etc.
Estos elementos podrán ayudarnos a sentirnos más felices, variará según la importancia que cada uno de nosotros le concedamos, pero no constituyen la felicidad en sí misma, sino el objetivo que nos hará sentir feliz.
La verdadera felicidad está en nosotros mismos, en la ilusión, el esfuerzo y la voluntad para conseguir aquello que deseamos, en nuestra actitud y el empeño para lograrlo y no en el objetivo en cuestión.
Está en la satisfacción con uno mismo y en la alegría que sentimos cuando tras un gran esfuerzo conseguimos el objetivo propuesto.
Cómo alcanzarla
La persona feliz disfruta plenamente de lo que tiene, disfruta por completo de lo que la vida le ofrece en cada momento y no espera ni exige demasiado para sentirse satisfecho.
Para alcanzar la felicidad hay que saber evitar las preocupaciones inútiles, los sentimientos de culpa exagerados, los temores absurdos y los caprichos innecesarios.
No debemos inquietarnos ni desesperarnos en los malos momentos o en circunstancias difíciles, sino ser pacientes y tener la esperanza de que después de la oscuridad viene la luz.
Debemos encaminar nuestra vida eligiendo los caminos que nos reporten más satisfacción y evitando aquellos que nos proporcionarían malos momentos. Es importante averiguar qué es lo que deseamos y cómo podemos conseguirlo.
Tener una actitud positiva ante la vida ayuda a ser feliz.
A las personas con una actitud positiva ante la vida, un acontecimiento negativo no les impedirá vivir con plenitud. Hemos de tener en cuenta que siempre habrá acontecimientos desagradables que nos harán sufrir y sentir mal, con una actitud positiva podremos encontrar soluciones más eficaces.
Debemos aprender a ilusionarnos y disfrutar de cada día con plenitud, sacando lo positivo de cada momento, y valorando y admirando lo mejor de lo que nos rodea; la belleza de la naturaleza, el valor del esfuerzo, la familia, los hijos, los amigos, el amor, la generosidad con los demás
Debemos descubrir nuestras cualidades y ser conscientes de nuestras limitaciones, pero nunca debemos compararnos con los demás ni desear lo que ellos poseen. Tenemos que evitar el conformismo y en vez de lamentarnos, actuar.
Debemos aceptarnos tal y como somos y sentirnos orgullosos de nosotros y de lo que hemos sido capaces de conseguir.
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