Comer alimentos de temporada ayuda a sentirse mejor y más sano para afrontar los cambios físicos propios de la nueva estación
La vuelta de las vacaciones obliga a hacer frente de nuevo al ritmo de vida cotidiano, en general, más acelerado que el de semanas atrás.
No es raro que al regresar a la rutina, se sienta cansancio, desgana y síntomas similares a los de un resfriado.
Al cuerpo y a la mente les cuesta asumir la vuelta, pero también influye en el estado de ánimo y de salud la cercanía del cambio de estación.
Llega el otoño, las lluvias son más frecuentes, bajan las temperaturas y las horas de sol disminuyen.
Al mismo tiempo, el retorno a las obligaciones conlleva un mayor desgaste físico y mental, por lo que es necesario que la dieta aporte energía suficiente y nutrientes que depuren el organismo de los excesos veraniegos y refuercen las defensas para afrontar la nueva temporada con menos resfriados, gripes e infecciones.
Comer en armonía con la naturaleza es una máxima que se debería seguir para alimentarse mejor, sentirse más sano y más fuerte para hacer frente a los cambios venideros.
Las estaciones -primavera, verano, otoño, invierno- proveen de alimentos de temporada que tienen su propia fuerza y energía vital, gracias a los cuales se puede adecuar la dieta a las necesidades del momento.
El desgaste físico y mental es mayor, por lo que conviene incluir en la dieta alimentos energéticos y saludables, locales y de la estación, como las hortalizas de raíz, los frutos secos, las frutas desecadas, las semillas y las legumbres.
Para adaptarse a la llegada del otoño a través de la cocina diaria, será interesante recurrir a alimentos que interioricen la energía, calienten y relajen al organismo.
Esto se traduce en reducir las comidas y bebidas frías y escoger con preferencia los alimentos estacionales.
Las ensaladas pueden dejar espacio en los menús semanales a las sopas y las cremas, mientras que las frutas frescas cederán terreno a las asadas, al horno o en compota.
Los frutos del otoño
Uvas, peras, manzanas, plátanos, frutos del bosque (moras, arándanos, grosellas) y granadas son frutas que, aunque puedan estar disponibles durante todo el año, su presencia es obligatoria en la temporada natural, el otoño.
La granada tiene muy pocas calorías gracias a su elevado contenido en agua.
Las investigaciones más recientes centran su atención en el zumo de granada, dado su concentrado en compuestos funcionales como los polifenoles, que muestran mayor biodisponibilidad y actividad antioxidante en el zumo que en los granos de la fruta enteros.
Consumir granada en la alimentación cotidiana es fácil. Se puede disfrutar de su peculiar textura mezclada en las ensaladas o como acompañamiento en forma de salsa de carnes o de pescados. Se consigue una importante cantidad de antioxidantes si se mezcla con zumo de naranja y una bebida muy dulce, la granadina, si al jugo de la fruta se le agrega azúcar, si bien se usa más como edulcorante de recetas que como bebida, debido a su excesivo gusto dulzón.
La uva y el moscatel son frutas más dulzonas y energéticas, pero sería injusto destacar sólo esta particularidad.
Estas frutas concentran, sobre todo las uvas negras, un compendio de sustancias responsables de su aroma, textura y color característicos, junto con reconocidas propiedades antioxidantes.
No conviene limitarse a comer las uvas como fruta fresca, ya que son múltiples las recetas que se pueden elaborar con este alimento: compotas, zumos mixtos, cremas espumosas, pasteles, originales y refrescantes ensaladas e, incluso, guarniciones de carnes o de pescados.
Entre todas las frutas de otoño, los frutos del bosque (moras, arándanos, grosellas) concentran la mayor cantidad de antioxidantes, en especial en forma de flavonoides colorantes.Se puede aprovechar su corta temporada y su delicada textura y presencia para dar más sabor y color a variedad de recetas, desde zumos, postres dulces, bizcochos y mermeladas, hasta salsas y untos de platos de carnes.
Además de ser sabrosos postres, estas frutas sirven para la elaboración de ricas ensaladas, platos de pasta a los que aportan un toque de color o como ingredientes de brochetas o saludables macedonias de otoño. Tanto su sabor como su color aportan originalidad a un incontable número de platos.
Verduras propias de la estación
Los meses de otoño son idóneos para llenar la cesta de la compra de variedad de hortalizas y verduras del tiempo, como setas y champiñones, berenjenas, zanahorias, puerros, cebollas, lechugas y escarolas y todo tipo de coles.
Unas y otras contienen compuestos que, además de ser los saborizantes y aromatizantes naturales de estas hortalizas, también se distinguen por sus cualidades funcionales antioxidantes y antiinflamatorias.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario