La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, ha tenido conocimiento en los últimos meses, a través de distintas comunidades autónomas y de particulares, de prácticas comerciales "engañosas" en la venta a domicilio de aparatos de magnetoterapia de distintas marcas y modelos.
Estas prácticas consisten en llamadas telefónicas, tipo operadora, a domicilios de particulares (principalmente personas mayores o discapacitadas) a los que ofertan técnicas de magnetoterapia para el tratamiento de múltiples patologías, como lesiones o enfermedades agudas o crónicas, así como beneficios de mejora del rendimiento físico o intelectual, o incluso para la eliminación de arrugas.
En muchos casos aseguran que la magnetoterapia está recomendada por el Ministerio de Sanidad por carecer de los efectos perjudiciales de los medicamentos, alerta el departamento dirigido por Leire Pajín.
Una vez efectuada la llamada, se concierta una cita a domicilio o en algún local acordado con los particulares para hacerles una demostración de la técnica con el aparato objeto de la venta. Sanidad, asegura que las personas que realizan las demostraciones no tienen cualificación sanitaria.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha detectado además que este mismo proceso comercial se oferta a través de Internet o en medios públicos de comunicación, tanto en prensa escrita como en radio.
Los aparatos de magnetoterapia están considerados como producto sanitario cuando se indica para el tratamiento de enfermedades o lesiones y se encuentran sometidos a lo dispuesto por el Real Decreto 1591/2009, de 16 de octubre, por el que se regulan los productos sanitarios.
En este sentido, deben llevar el marcado "CE" en su etiquetado e instrucciones de uso, acompañado de un número de cuatro dígitos que identifica al organismo notificado que ha intervenido en su evaluación.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios advierte de que estos aparatos no deben usarse sin que exista una valoración previa por un médico especialista en la patología concreta que se quiera tratar, para que indique la técnica, supervise su aplicación y realice un seguimiento de sus resultados.
El uso de estos dispositivos puede no estar exenta de la aparición de reacciones adversas en grupos de población más sensibles o con determinadas patologías en las que está contraindicado su uso (como pacientes con enfermedades graves como tumores, hemofilia y también niños y embarazadas), "lo cual confirma la necesidad de intervención de un médico para la utilización del producto con total seguridad", señala Sanidad
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Estas prácticas consisten en llamadas telefónicas, tipo operadora, a domicilios de particulares (principalmente personas mayores o discapacitadas) a los que ofertan técnicas de magnetoterapia para el tratamiento de múltiples patologías, como lesiones o enfermedades agudas o crónicas, así como beneficios de mejora del rendimiento físico o intelectual, o incluso para la eliminación de arrugas.
En muchos casos aseguran que la magnetoterapia está recomendada por el Ministerio de Sanidad por carecer de los efectos perjudiciales de los medicamentos, alerta el departamento dirigido por Leire Pajín.
Una vez efectuada la llamada, se concierta una cita a domicilio o en algún local acordado con los particulares para hacerles una demostración de la técnica con el aparato objeto de la venta. Sanidad, asegura que las personas que realizan las demostraciones no tienen cualificación sanitaria.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha detectado además que este mismo proceso comercial se oferta a través de Internet o en medios públicos de comunicación, tanto en prensa escrita como en radio.
Los aparatos de magnetoterapia están considerados como producto sanitario cuando se indica para el tratamiento de enfermedades o lesiones y se encuentran sometidos a lo dispuesto por el Real Decreto 1591/2009, de 16 de octubre, por el que se regulan los productos sanitarios.
En este sentido, deben llevar el marcado "CE" en su etiquetado e instrucciones de uso, acompañado de un número de cuatro dígitos que identifica al organismo notificado que ha intervenido en su evaluación.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios advierte de que estos aparatos no deben usarse sin que exista una valoración previa por un médico especialista en la patología concreta que se quiera tratar, para que indique la técnica, supervise su aplicación y realice un seguimiento de sus resultados.
El uso de estos dispositivos puede no estar exenta de la aparición de reacciones adversas en grupos de población más sensibles o con determinadas patologías en las que está contraindicado su uso (como pacientes con enfermedades graves como tumores, hemofilia y también niños y embarazadas), "lo cual confirma la necesidad de intervención de un médico para la utilización del producto con total seguridad", señala Sanidad
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