Respetar el entorno
Algunos de estos seres están en peligro, como los corales, y por ello, no hay que caer en la tentación de tocarlos, moverlos o llevárselos de recuerdo, y mucho menos si son especies en peligro de extinción.
Por otro lado, son muchas las personas que aprovechan los meses de verano para realizar actividades al aire libre que tienen como escenario la playa y como protagonista el barco de vela o remo, las canoas y las tablas de surf, preferibles todas ellas a las embarcaciones de moto o las ruidosas motos acuáticas.
Por último, el día de playa no termina cuando nos limpiamos la arena con la toalla, nos cambiamos de ropa y nos alejamos de la playa
La jornada se extiende hasta que llegamos al lugar de residencia, ya sea un apartamento, un hotel o nuestro propio hogar, donde los consejos para ahorrar energía o agua también deben aplicarse.
En los hoteles no hay por qué utilizar todos los jabones todos los días, ni malgastar el agua con largos baños en nombre del "todo incluido". En el momento de planificar las vacaciones también se pueden tener en cuenta la contratación de hoteles ecológicos, aquellos que tienen especial cuidado con el medio ambiente.
En la mayoría de las playas, los animales de compañía están prohibidos para evitar que sus excrementos acaben en la arena.
Las duchas no están para derrochar el agua, un bien cada vez más escaso, sino para darse un rápido repaso y quitar el salitre del agua del mar. Y por supuesto, no se deben usar jabones o champús, que van directos a la playa y causan un fuerte impacto.
La contaminación acústica en forma de música con excesivos decibelios o gritos también contribuye a romper el equilibrio natural y la tranquilidad del resto de usuarios.
Las playas cuentan con su propio ecosistema y todos sus elementos se deben tratar con cuidado. Las dunas protegen las playas de la erosión, las tormentas y las olas, y son el hogar de diversas especies de plantas y animales.
Algunos de estos seres están en peligro, como los corales, y por ello, no hay que caer en la tentación de tocarlos, moverlos o llevárselos de recuerdo, y mucho menos si son especies en peligro de extinción.
Por otro lado, son muchas las personas que aprovechan los meses de verano para realizar actividades al aire libre que tienen como escenario la playa y como protagonista el barco de vela o remo, las canoas y las tablas de surf, preferibles todas ellas a las embarcaciones de moto o las ruidosas motos acuáticas.
Por último, el día de playa no termina cuando nos limpiamos la arena con la toalla, nos cambiamos de ropa y nos alejamos de la playa
La jornada se extiende hasta que llegamos al lugar de residencia, ya sea un apartamento, un hotel o nuestro propio hogar, donde los consejos para ahorrar energía o agua también deben aplicarse.
En los hoteles no hay por qué utilizar todos los jabones todos los días, ni malgastar el agua con largos baños en nombre del "todo incluido". En el momento de planificar las vacaciones también se pueden tener en cuenta la contratación de hoteles ecológicos, aquellos que tienen especial cuidado con el medio ambiente.
Los ciudadanos también pueden ser activos en la protección y mejora de las playas. Si hay algún aspecto de cuidado medioambiental que falta o se puede mejorar, es posible acudir a los responsables locales para comunicárselo.
La puesta a punto de una playa es un trabajo laborioso pero necesario en verano, y conviene observar si se realiza de forma adecuada. También se puede solicitar a las instituciones que asuman los requisitos necesarios para lograr algún certificado de calidad de las playas, como la bandera azul, las normas de calidad ISO 9001 y 14001, la Q de Calidad o el sistema de gestión EMAS.
En algunas playas hay también programas de educación ambiental en los que se puede participar, como la recogida de residuos o la recuperación de especies en peligro.
Los consumidores también pueden evitar y denunciar urbanizaciones o edificaciones que incumplan la normativa medioambiental. Diversos informes alertan sobre el nivel de degradación de algunas zonas de la costa española.
Desplazamientos. Si se reside en una localidad costera, la forma más verde de acercarse a la playa es hacerlo a pie o en bicicleta. Cuando las circunstancias obligan a desplazarse, lo más respetuoso con el entorno es acudir en tranporte público.
Hoteles. No hay muchos, pero los hoteles ecológicos que pueden encontrarse ofrecen una estancia en armonía con su entorno natural, y una alimentación ecológica saludable.
Sin embargo, algunos establecimientos autodenominados "ecohoteles" no cumplen los principales requisitos. Los ciudadanos deben asesorarse y exigir toda la información necesaria, como un certificado ecológico.
Comida. Si la jornada playera incluye comer o merendar con los pies en la arena, se recomienda llevar las viandas en un capazo o en una bolsa reutilizable. Y por supuesto, nada de cubiertos o vasos de usar y tirar; para cuidar el medio ambiente lo recomendable es recurrir a tarteras o a envases específicos reutilizables.
Basura. En casa y en la playa, el gesto de separar los deshechos para reciclar es otra acción básica en ambos lugares. Algunas playas cuentan con contenedores específicos, pero si no hay o se tienen dudas, los residuos generados se deben conservar hasta poder reciclarlos de forma conveniente.
Deporte. Si las jornadas playeras se aprovechan para practicar deportes, conviene saber que los menos dañinos para el entorno son los que no requieren embarcaciones de moto como las canoas, kayaks, tablas de surf...
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