El acogimiento infantil supone una alternativa a niños con situaciones familiares extremas, en las que el Estado ha tenido que intervenir y hacerse cargo de ellos.
Supone también un gran éxito a las iniciativas de algunas organizaciones, que permiten que niños de determinados países, puedan pasar las vacaciones estivales con familias españolas y beneficiarse de las condiciones medioambientales de nuestro país.
Familias de acogida
No existe un perfil determinado en cuanto a las familias de acogida. La mayoría de ellas son matrimonios con hijos, pero también hay matrimonios o personas solteras sin hijos. Todas ellas tienen en común el deseo de acoger en su hogar a niños que por alguna circunstancia lo necesitan.
Los niños españoles que entran en acogida son, sobre todo, aquellos que viven con unos padres que no quieren o no pueden hacerse cargo de ellos, o bien aquellos que sufren maltratos o abandono. Se trata de niños que proceden de familias desestructuradas.
Estas familias se responsabilizan de los pequeños que acogen, cuidando de ellos y ofreciéndoles todo lo que una familia puede dar a sus hijos, tanto material como afectivo. Los integran dentro de su hogar, llegando a formar parte de ellos como otro miembro más, aunque son conscientes de que llegará el día en que volverá con su familia biológica.
Las familias de acogida desempeñan un papel muy importante en la protección de menores, pues suponen una alternativa a la institucionalización de niños o adolescentes.
Quienes desean formar parte del acogimiento infantil, tienen que someterse a una serie de análisis y pruebas de personalidad, para determinar si son aptos para el acogimiento y afines a la personalidad del pequeño.
Objetivos del acogimiento
El acogimiento a niños españoles persigue, sobre todo, que el pequeño pueda disfrutar de una familia y de unas buenas condiciones de vida mientras se resuelven los problemas de su familia natural.
En el caso de niños extranjeros, lo común es que sean acogidos solamente durante las vacaciones de verano.
Los objetivos principales en estos casos son:
- Alejarlos de las duras condiciones en las que viven en sus países de origen (como es el caso de los niños saharauis que tienen que soportar las altas temperaturas del desierto) o mejorar su salud, pues en nuestro país pueden disfrutar de un buen clima, de una mejor alimentación y de una atmósfera no contaminada (al contrario de lo que sucede en Chernóbil como consecuencia del accidente nuclear de 1986) y reforzar así su sistema inmunológico y afrontar el invierno con más defensas.
- Que disfruten y sean felices el tiempo que pasen en nuestro país, disfrutando de un clima y unas condiciones medioambientales que ellos no poseen.
- Darles a conocer otra cultura, otro idioma, costumbres diferentes y una familia que le aporta bienestar. Por lo general, también suelen abastecerle de ropa, mochilas, material escolar y juguetes para afrontar el invierno.
En muchos casos, las familias de acogida con niños extranjeros, siguen manteniendo contacto a través del teléfono o por e-mail y, por lo general, intentan que siempre sea el mismo niño quien vuelva al verano siguiente. Realmente se crean fuertes vínculos afectivos, lo que demuestra que estas iniciativas son un gran éxito.
Problemas del acogimiento
En el caso de niños españoles, uno de los principales problemas que nos encontramos, es la incertidumbre del tiempo que vivirán con la nueva familia. El acogimiento se realiza sin saber exactamente cuánto tiempo durará, dependiendo entre otros factores del tipo de acogimiento al que estén sujetos.
Esta incertidumbre produce en los pequeños desconfianza por su futuro, son conscientes de que todo puede volver a cambiar si vuelven con su familia de origen. A la mayoría de ellos, esta situación les impide imaginar o hacer proyectos con su familia de acogida, incluso temen encariñarse mucho de ellos.
Otro problema frecuente son los celos entre hermanos biológicos y de acogida. Es fundamental que los padres expliquen a sus hijos biológicos los motivos por los que desea acoger a niños con problemas familiares, enseñándole de esta forma la importancia de ser generosos y solidarios.
Debe quedarle muy claro a los hijos biológicos que nadie va a ocupar su lugar en la familia, que hay lugar para todos y que los sentimientos de sus padres hacia ellos no van a cambiar porque le den a otro niño la oportunidad de tener una vida mejor.
Consiste en convivir con ellos y compartir una vida en común durante un periodo de tiempo, no de remplazar a nadie.
Tipos de acogimiento
Dependiendo de las circunstancias familiares del niño y de la disponibilidad de la familia, hay diferentes modalidades:
- Acogimientos de verano: Nos referimos, sobretodo, al acogimiento de niños extranjeros que pasan las vacaciones estivales en nuestro país. Estas vacaciones son muy beneficiosas para ellos debido a nuestras condiciones medioambientales.
- Acogimientos permanentes: No se trata de una adopción, pero tampoco se prevé el regreso del niño con su familia biológica debido a las circunstancias tan complicadas por las que atraviesan.
- Acogimientos temporales: Suele durar aproximadamente dos años, aunque el periodo de tiempo previsto puede alargarse.
- Acogimientos abiertos: Exclusivamente fines de semana y vacaciones.
- Acogimientos pre-adoptivos: Están en espera de la resolución judicial para la adopción del pequeño
Supone también un gran éxito a las iniciativas de algunas organizaciones, que permiten que niños de determinados países, puedan pasar las vacaciones estivales con familias españolas y beneficiarse de las condiciones medioambientales de nuestro país.
Familias de acogida
No existe un perfil determinado en cuanto a las familias de acogida. La mayoría de ellas son matrimonios con hijos, pero también hay matrimonios o personas solteras sin hijos. Todas ellas tienen en común el deseo de acoger en su hogar a niños que por alguna circunstancia lo necesitan.
Los niños españoles que entran en acogida son, sobre todo, aquellos que viven con unos padres que no quieren o no pueden hacerse cargo de ellos, o bien aquellos que sufren maltratos o abandono. Se trata de niños que proceden de familias desestructuradas.
Estas familias se responsabilizan de los pequeños que acogen, cuidando de ellos y ofreciéndoles todo lo que una familia puede dar a sus hijos, tanto material como afectivo. Los integran dentro de su hogar, llegando a formar parte de ellos como otro miembro más, aunque son conscientes de que llegará el día en que volverá con su familia biológica.
Las familias de acogida desempeñan un papel muy importante en la protección de menores, pues suponen una alternativa a la institucionalización de niños o adolescentes.
Quienes desean formar parte del acogimiento infantil, tienen que someterse a una serie de análisis y pruebas de personalidad, para determinar si son aptos para el acogimiento y afines a la personalidad del pequeño.
Objetivos del acogimiento
El acogimiento a niños españoles persigue, sobre todo, que el pequeño pueda disfrutar de una familia y de unas buenas condiciones de vida mientras se resuelven los problemas de su familia natural.
En el caso de niños extranjeros, lo común es que sean acogidos solamente durante las vacaciones de verano.
Los objetivos principales en estos casos son:
- Alejarlos de las duras condiciones en las que viven en sus países de origen (como es el caso de los niños saharauis que tienen que soportar las altas temperaturas del desierto) o mejorar su salud, pues en nuestro país pueden disfrutar de un buen clima, de una mejor alimentación y de una atmósfera no contaminada (al contrario de lo que sucede en Chernóbil como consecuencia del accidente nuclear de 1986) y reforzar así su sistema inmunológico y afrontar el invierno con más defensas.
- Que disfruten y sean felices el tiempo que pasen en nuestro país, disfrutando de un clima y unas condiciones medioambientales que ellos no poseen.
- Darles a conocer otra cultura, otro idioma, costumbres diferentes y una familia que le aporta bienestar. Por lo general, también suelen abastecerle de ropa, mochilas, material escolar y juguetes para afrontar el invierno.
En muchos casos, las familias de acogida con niños extranjeros, siguen manteniendo contacto a través del teléfono o por e-mail y, por lo general, intentan que siempre sea el mismo niño quien vuelva al verano siguiente. Realmente se crean fuertes vínculos afectivos, lo que demuestra que estas iniciativas son un gran éxito.
Problemas del acogimiento
En el caso de niños españoles, uno de los principales problemas que nos encontramos, es la incertidumbre del tiempo que vivirán con la nueva familia. El acogimiento se realiza sin saber exactamente cuánto tiempo durará, dependiendo entre otros factores del tipo de acogimiento al que estén sujetos.
Esta incertidumbre produce en los pequeños desconfianza por su futuro, son conscientes de que todo puede volver a cambiar si vuelven con su familia de origen. A la mayoría de ellos, esta situación les impide imaginar o hacer proyectos con su familia de acogida, incluso temen encariñarse mucho de ellos.
Otro problema frecuente son los celos entre hermanos biológicos y de acogida. Es fundamental que los padres expliquen a sus hijos biológicos los motivos por los que desea acoger a niños con problemas familiares, enseñándole de esta forma la importancia de ser generosos y solidarios.
Debe quedarle muy claro a los hijos biológicos que nadie va a ocupar su lugar en la familia, que hay lugar para todos y que los sentimientos de sus padres hacia ellos no van a cambiar porque le den a otro niño la oportunidad de tener una vida mejor.
Consiste en convivir con ellos y compartir una vida en común durante un periodo de tiempo, no de remplazar a nadie.
Tipos de acogimiento
Dependiendo de las circunstancias familiares del niño y de la disponibilidad de la familia, hay diferentes modalidades:
- Acogimientos de verano: Nos referimos, sobretodo, al acogimiento de niños extranjeros que pasan las vacaciones estivales en nuestro país. Estas vacaciones son muy beneficiosas para ellos debido a nuestras condiciones medioambientales.
- Acogimientos permanentes: No se trata de una adopción, pero tampoco se prevé el regreso del niño con su familia biológica debido a las circunstancias tan complicadas por las que atraviesan.
- Acogimientos temporales: Suele durar aproximadamente dos años, aunque el periodo de tiempo previsto puede alargarse.
- Acogimientos abiertos: Exclusivamente fines de semana y vacaciones.
- Acogimientos pre-adoptivos: Están en espera de la resolución judicial para la adopción del pequeño
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