La asnoterapia es eficaz con discapacitados
La "asnoterapia" se revela como un remedio eficaz que, a través de ejercicios, juegos y actividades con burros, estimula el desarrollo de habilidades en niños con discapacidades -como autismo o síndrome de down- mejorando así el uso de su lenguaje y favoreciendo la interacción con los animales.
La "asnoterapia" se revela como un remedio eficaz que, a través de ejercicios, juegos y actividades con burros, estimula el desarrollo de habilidades en niños con discapacidades -como autismo o síndrome de down- mejorando así el uso de su lenguaje y favoreciendo la interacción con los animales.
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Uno de los beneficios aportados por esta técnica se revela en la mejora progresiva de la comunicación verbal, ya que los niños aprenden a identificar las indicaciones que reciben los asnos, según han señalado a Efe fuentes de "El Santuario de burros en Nerja", una de las asociaciones de la capital malagueña que, desde 2008, trabaja la "asnoterapia" con menores de entre 1 y 5 años.
El carácter reflexivo y filosófico de estos animales y los cuidados que requieren (alimentación, cepillado y paseos, entre otros) reducen la hiperactividad y la falta de atención que muchos niños padecen, lo que se traduce en un incremento considerable de la observación, la relajación y la concentración.
"Para los más pequeños resulta mucho más divertido aprender junto a los asnos que en la propia escuela", ya que imitan los sonidos que reproducen, identifican objetos, colores y las distintas partes del cuerpo, asegura Harriet, una de las monitoras de la asociación.
De esta forma, fisioterapeutas y logopedas, que acuden semanalmente al refugio de manera altruista, consideran que a los niños el contacto con los burros les aporta "felicidad", "ganas de vivir" y "un gran avance en su desarrollo emocional".
Reconocen además que las actividades que se llevan a cabo junto a estos animales "mejoran los problemas relacionados con la espalda", ya que montar en el lomo de los burros supone ejercitar la columna vertebral y mantenerla recta.
El "Santuario de burros" tiene acogidos a casi veinte asnos que han sufrido distintos tipos de maltrato físico, por lo que reciben tratamientos veterinarios, son aseados diariamente y cuentan con todos los cuidados necesarios para tener una vida digna.
Destaca "Konan", que, tras haber cargado en su lomo durante años la basura recogida en las calles peatonales de algunos pueblos, presenta un "enorme hundimiento" en la columna vertebral, "que ya no tiene ningún remedio".
Por su parte, el "Refugio del burrito", localizado en la provincia malagueña de Fuente de Piedra, ha rescatado alrededor de 130 asnos procedentes de Grecia, Kosovo, Islas Baleares, Alemania, Italia y Francia, desde que en 2003 comenzó a funcionar, según ha revelado el director de la asociación, Iván Salvia.Así, lamenta que "se hayan detectado casos tremendos de crueldad".
Uno de los más llamativos es el de una "burrita", a la que le cortaron las orejas y le abrieron el lomo a golpe de pala, y añade que, a pesar del "daño que sufrió a manos del ser humano", no guarda ningún rencor y es de las más "cariñosas" con los turistas.
"Hemos llegado a tener burros de más de 40 años que han sido muy felices", aunque también hay otros de 25 ó 30 que sufren enfermedades irreversibles, a causa del maltrato que han recibido a manos de algunos "desalmados", lamenta el director del refugio.
Aunque por la asociación han pasado burros de raza andaluza, martina franca, catalana, mallorquí y otros cruces, la "mestiza" es la que más abunda.
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